lunes, octubre 16, 2006

RHAPSODY OF FIRE

Personalmente nunca escucho música mientras leo. Da igual que se trate de cómics o libros, mi pobre capacidad de concentración no me da para tanto. Lo que sí es verdad es que cuando me enfrasco en alguna lectura me resulta imposible apartar de mi cabeza los ecos de las músicas que a mi inconsciente le parecen más adecuadas para el momento. Ciertamente, el tema de la elección de la banda sonora más idónea para acompañar las palabras y/o imágenes que se presentan ante nosotros siempre resulta fascinante para el lector. En el caso de un cómic tipo Sandman parece que lo propio serían bandas como The Cure, Cranes, Joy Division, etc. Una lectura slice of life encontraría su acompañamiento ideal en algún grupo de indy-rock con voces suaves y guitarras acústicas mezcladas bajo una producción austera. Y en el caso de Conan o cualquier lectura enmarcada en el género heroico, o ambientada en el medievo, la indisctible B.S.O. sería cualquier disco de Rhapsody.
Film Score Metal

La combinación hard rock/heavy metal con fantasía heroica no es nueva. Ya encontramos exponentes de este peculiar cóctel en los 70, con los Rainbow de Ronnie J. Dio y Ritchie Blackmore. No en vano éste último hace ya algún tiempo que ha colgado la guitarra eléctrica y ejerce en la actualidad como trovador, completamente volcado en la elaboración de discos de música renacentista.
Rhapsody -ahora conocidos como Rhapsody Of Fire por problemas de copyright- no han hecho sino llevar ese binomio música/fantasía heroica a su máximo extremo.
Los citados son una banda natural de Trieste (Italia) que se fundó en 1993 bajo el nombre Thundercross, para pasar posteriormente a ser conocidos por su actual denominación. Así, desde hace poco más de una década Rhapsody vienen practicando lo que ellos mismos han bautizado como film score metal, es decir, la perfecta fusión entre power metal, música clásica, los elementos propios de las bandas sonoras y algún que otro toque céltico. Ello se traduce en un sonido metálico con abundantes arreglos orquestales y coros épicos, que se caracteriza por la grandilocuencia y lo intrincado de sus estructuras melódicas, así como por la facilidad para combinar los pasajes más sosegados con otros más potentes, conformando composiciones de gran calidad y emotividad. Todo ello con el sello inconfundible de la guitarra de Luca Turilli y la voz de Fabio Lione, siempre desbordante de dramatismo y emoción.
Precisamente, los artífices de
Rhapsody son el citado Luca Turilli y el teclista Alex Staropoli, fans en su juventud de Helloween y otros grupos míticos de los 80, pasión que han podido compartir sin problemas con la que sienten por los grandes compositores de bandas sonoras: Hans Zimmer (Gladiator), Basil Poledouris (Conan, Starship Troopers), Danny Elfman, John Williams, etc.
Si bien los inquietos músicos encontraron en el heavy metal el medio ideal para dar rienda suelta a sus ambiciones musicales, ni Luca ni Alex han ocultado nunca cual es su sueño: la composición de bandas sonoras. Aptitud desde luego no les falta.
Junto con los tres citados, Patrice Guers (bajo) y Alex Holzwarth (batería), con las ocasionales colaboraciones de Dominique Leurquin (guitarra), completan el line-up actual del grupo.

Siguiendo el espíritu de Tolkien

Dejemos, solo de momento, el aspecto musical del grupo para centrarnos en el conceptual, y es que Luca se sirve de su música para ofrecernos una epopeya fantástica de vastas proporciones: Las Crónicas de Algalord. Así,
los cuatro primeros álbumes de Rhapsody conforman una tetralogía en la que se nos narra La Saga de la Espada Esmeralda. No voy a entrar en el contenido de la historia que nos cuenta el guitarrista, único responsable de la vertiente literaria de la banda. Decir en todo caso que se trata de un relato clásico de espada y brujería, narrado en una prosa grandilocuente y abundante en adjetivos, que puede cautivar al fan menos exigente pero que posiblemente deje más indiferente al lector iniciado en el género. En cualquier caso hay que felicitar al guitarrista, si no por su originalidad, sí por la envergadura de un proyecto que permite al oyente disfrutar de la obra a varios niveles. De este modo se nos brinda la posibilidad de seguir la saga urdida por Luca en toda su plenitud, a través de las letras de las canciones y los textos y mapas que figuran en los libretos de los discos, o bien disfrutar simplemente de su música.
Sea como fuere, Las Crónicas de Algalord encuentran su continuación en la Saga del Oscuro Secreto, secuela de la tetralogía de La Espada Esmeralda que cuenta ya con dos entregas discográficas. Para los seguidores de la trilogía cinematográfica de El Señor de los Anillos esta segunda saga tiene un valor añadido: la colaboración del propio Christopher Lee como narrador e intérprete de uno de los personajes creados por Luca, The Wizard King. La efigie del genial actor aparece así mismo en la portada del E.P. The Dark Secret (2004), prologo de la saga. La hija de Lee, Christina, también está presente en estos trabajos dando su voz a la princesa Lothen.
Pero la participación de Lee en la música de los italianos va a ir más allá, y de hecho llegará a compartir con Fabio Lione las tareas vocales en el single The Magic Of The Wizard´s Dream (2005) con su voz de bajo/barítono.
Los lazos de Rhapsody con la obra de Tolkien no terminan ahí, y es que hace algún tiempo apareció en la web oficial del grupo la noticia de que se hallaban trabajando en un proyecto relacionado con El Señor de los Anillos, proyecto que desafortunadamente jamás vio la luz. Dada la insustancial B.S.O. de la trilogía de Peter Jackson solo nos queda soñar con lo que habrían sido capaces de hacer al respecto unos Turilli y Staropoli desprovistos de guitarras eléctricas y doble bombo. No tengo la menor duda de que hubiesen compuesto la Banda Sonora inolvidable que Lord Of The Rings merecía.
Bueno, no podemos dejar de hacer una breve mención al trabajo de Luca Turilli en solitario plasmado en tres LPs que conforman así mismo una trilogía: King Of The Nordic Twilight (1999), The Prophet Of The Last Eclipse (2002) y The Infinite Wonders Of Creation (2006). Recientemente también ha aparecido un cuarto trabajo en solitario del guitarrista bajo la firma Dreamquest, Lost Horizons (2006).
Musical y literariamente la trilogía de Luca no dista en demasía de los álbumes de Rhapsody, siendo sus rasgos más distintivos la voz de Olaf Hayer, otro estupendo vocalista, y una mayor presencia de las guitarras que en la banda-madre. Destacar si acaso el reto que supone para el citado adaptar su estilo a una historia de corte futurista como lo es la que nos ofrece en The Prophet Of The Last Eclipse.

The Holy Discography

Es difícil recomendar un trabajo de Rhapsody en particular, de hecho, ni entre los fans ni entre la crítica existe unanimidad al respecto.
Legendary Tales (1997) abre The Emeral Sword Saga con un sonido novedoso para la época, pero austero todavía en cuanto a lo que más adelante serían los elementos propios del estilo Rhapsody. Ello lo convierte en el disco preferido de los fans del metal más tradicional, que no conectarían con la pretenciosidad y barroquismo de posteriores entregas.
En Symphony Of Enchanted Lans (1998) ese estilo ya está perfectamente definido. Nos encontramos así con un álbum enrevesado, plagado de pasajes instrumentales, que contiene desde temas veloces como Emeral Sword –sencillo, además de uno de los himnos de la banda- a medios tiempos como Wings Of Destiny. En todos los discos de Rhapsody hay una pieza de largo minutaje que cierra el album. En el caso de Symphony es el tema-título, y en mi humilde opinión se trata de uno de los mejores que jamás haya escrito la banda en esta línea.
Dawn Of Victory (2000) es un trabajo más directo, contundente, oscuro y agresivo que su predecesor, que tuvo en la potente Holy Thunderforce el tema single. En el poderoso sonido Dawn Of Victory juega un importante papel la guitarra de Luca Turilli, quien a estas alturas ya ha desarrollado un estilo personal y perfectamente reconocible.
La tetralogía de La Espada Esmeralda se cierra con todos los honores con Power Of The Dragonflame (2002), grandilocuente compendio de los aciertos de los trabajos anteriores. Dicho álbum se vio precedido por Rain Of A Thousand Flames (2001), minilLP al margen de la saga en el que encontramos a los Rhapsody más histriónicos hasta ahora vistos. Pese a sus escasos cuarenta y cinco minutos ROATF nos deja grandes momentos. Todos estos trabajos han aparecido bajo el sello Limb Music Products y cuentan con una magnífica producción a cargo de Sascha Paeth y Miro.
Como hemos dicho anteriormente, las Algalord Chronicles continúan en la Saga del Oscuro Secreto. Su primer capítulo es Symphony Of Enchanted Lands Part II: The Dark Secret (2004), primera ocasión en que la banda trabaja con una auténtica orquesta al completo, la Bohuslav Martinu Philarmonic Orchestra de la República Checa. Ya hemos hablado antes de The Dark Secret E.P. y del single The Magic Of The Wizard´s Dream.
La segunda y hasta hora última entrega de esta nueva epopeya es el recién aparecido Triumph Or Agony (2006). Precisamente, en Triumph Or Agony los italianos han levantado un poco el pie del acelerador y se han concentrado en crear temas más melódicos, siempre sin perder ni un ápice de su personalidad o calidad, por lo que es el más apto para aquellos que no acostumbran a transitar los senderos del metal. Estos dos últimos discos, editados por SPV, han sido producidos por los propios Luca y Alex con un resultado que nada tiene que envidiar a sus anteriores lanzamientos.

A destacar por último las magníficas ilustraciones que adornan las portadas de los trabajos de los italianos, realizadas entre otros por Eric Pilippe, Marc Klinnert y Jeff Easley, especialmente impactantes en las ediciones limitadas en vinilo/picture disc. Una auténtica obra de arte.
En fin, espero que lo dicho haya servido para dar a conocer a los profanos con menos prejuicios la existencia de una gran banda que guarda numerosos vínculos con el mundo del cine y el cómic de fantasía heroica. Rhapsody pueden hacer las veces de B.S.O. para algunas de nuestras lecturas, pero además tienen una ventaja: también nos permiten limitarnos a cerrar los ojos y disfrutar de lo que escuchamos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No conozco a estos Rhapsody, pero decir que en mi caso la música para Sandman fue Morcheeba, pero no por nada en particular, simplemente la escuchaba una y otra vez con el discman mientras leia a Gaiman y sus muchachos.

Enhorabuena por tratar uno de los temas muy poco tratados en tebelogs

Anónimo dijo...

Brutal. Las dos cosas, el grupo y tu "analisis", que, siendo fan del grupo, encuentro bastante acertado. Gracias por un post, o blog, (no soy muy versado en este tipo de páginas) tan completo e instructivo ;)

Anónimo dijo...

que pueden decir las personas con muy poca cultura en la musica.
en mi opinion rhapsody of fire es una de las mejores bandas del simphonic epic metal le pese a quien le pese pues su trabajo les ha costado