miércoles, noviembre 11, 2009

CRÓNICA DEL SALÓN DEL MANGA DE LA FARGA DE L'HOSPITALET 2009

Un año más, el recinto ferial de La Farga de L´Hospitalet de Llobregat volvió a inundarse de entusiastas, coloridos y devotos visitantes. El Saló del Manga de Barcelona abría sus puertas en su XV edición. En tres días escasos cada vez se acumula un mayor y variado plantel de actividades para disfrutar. Como las proyecciones de Anime y los concursos de Cosplay, dos clásicos del evento que desde hace un par de ediciones gozan del privilegio de situarse en dos lugares cercanos pero separados del recinto principal, lo cual resulta un pequeño inconveniente en desplazamiento pero un gran acierto en cuanto transitabilidad por la zona de los stands.

Tampoco faltaron la presentación de novedades, tanto por parte de las editoriales patrias como por parte de la industria del dvd, destacando sobre cualquier otra novedad la buena noticia del inicio de la recuperación total del catálogo de películas del mítico y valoradísimo estudio Ghibli, acción que Aurum ínicia con el lanzamiento en dvd el próximo diciembre de Mi Vecino Totoro, entrañable anime que ha podido disfrutar en nuestro país de un merecidísimo estreno en cines, aunque llegue con veinte años de retraso y, eso sí, limitado a unas pocas salas.

Como no, a lo largo de las jornadas se realizaron numerosas sesiones de firmas por parte de los autores invitados. Los nipones Issei Eifuku,Taiyou Matsumoto, Misako Aoki, Yu Kimura, Takamasa Sakurai o Yuka, dibujantes, modelos, cantantes y en definitiva representantes de las diferentes ramas de la cultura otaku, compartieron escena con los autóctonos Ken Niimura, Luis Royo, Alfonso Azpiri, grandes profesionales que presentaron y dedicaron sus últimos trabajos. No podemos olvidar en este apartado la presencia también de jóvenes autores que inician ahora sus carreras, como es el caso del amigo Torke, ilustrador madrileño que se acercó a La Farga para presentar su libro de relatos ilustrados de humor gótico, Hallowii, publicado por Norma Editorial.

Y la lista de actividades propuestas por los organizadores para realizar en ese último fin de semana de octubre podría tenerme pegado al teclado durante horas: talleres de manga impartidos por profesionales de la Escuela Joso, talleres de modelismo fantástico, juegos tradicionales asiáticos, taller de j-fashion, mangateka, la siempre bulliciosa zona de los fanzines, donde poder apreciar las más variadas artimañas mercadotécnicas, o la sala de videojuegos donde disfrutar de las más punteras novedades del sector (¡si hasta pudimos jugar con unas gafas 3-d puestas a la adaptación de la inminente película de James Cameron, Avatar!)... me dejo otras muchas en el tintero, pero ya digo, inabarcable.


Mención aparte merece la sala de exposiciones, que este año recogía muy diversos contenidos, desde una muestra de moda japonesa realizada por jóvenes diseñadores porfesionales; una retrospectiva del arte de Ken Niimura, con espectaculares muestras de su trabajo tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, como las páginas de su Soy una Matagigantes, publicado en E.E.U.U. por Image Cómics con guiones de Joe Kelly. También pudimos observar diferentes objetos y originales presentados en memoria del recientemente fallecido autor del exitoso personaje Sin Chan, Yoshito Usui. Además, la sala también acogía una muestra de cuadros de artistas contemporáneos con Japón, su arquitectura y su cultura actual como temática común, y una espectacular selección de recientes dibujos, bocetos y pinturas del ilustrador estrella Luis Royo. Como puede comprobarse, una apabullante cantidad de contenidos que sin embargo se vería beneficiada por un mayor espacio para acogerlos, pero es cierto que las dimensiones de La Farga no perdonan y, como ya hemos comentado, necesita dar cabida a otro gran número de actividades o espacios.

A modo de despedida, me gustaría comentar cómo en pocos años, un visitante a priori tan poco involucrado en el mundo otaku como un servidor, ha ido cogiéndole cariño a esta visita anual a L´Hospitalet y, poco a poco, he podido aprender a disfrutar de las oportunidades que el Saló ofrece, como saborear un suculento bento acompañado de un dulce daifuku de postre, asombrarse de la capacidad de muchos aficionados para metamorfosearse en sus personajes de ficción favoritos a través de trabajadísimos disfraces, conocer el trabajo de muy diferentes artistas, comprar también alguna que otra novedad que a lo mejor en otro lugar uno no se animaría a probar y, en definitiva, acabar por esperar, como más de otros 60.000 visitantes, la llegada de una nueva edición cada año desde el ya veterano Saló del Manga.

No hay comentarios: