lunes, marzo 15, 2010

CRÍTICA: FRINGE de J. J. Abrams, Alex Kurtzman & Roberto Orci

En algunas ocasiones ocurre que una serie de TV que parece que no llega a cuajar para ti, que le falta un no se qué que te hace ser reacio ante ella en un primer momento, de la que esperas mucho por ser del creador que es pero que parece que te va defraudando capítulo tras capítulo, no te engancha lo suficiente, no capta en demasía tu atención, la vas posponiendo para más adelante prefiriendo siempre otras opciones mejores según tus gustos… de la noche a la mañana, y ya transcurrido más de la mitad de los episodios de la primera temporada, te engancha de tal forma que deseas ya poder ver la segunda temporada lo antes posible.

La serie a la que me estoy refiriendo es Fringe, co-creada por J. J. Abrams, Alex Kurtzman y Roberto Orci, emitido su capítulo piloto por la Fox a fines del 2008, y que aquí en nuestro país la pudimos ver a través de Canal +. Después del impresionante trabajo realizado en su anterior serie Lost (Perdidos), uno esperaba mucho, muchísimo de la nueva serie de Abrams, enmarcada dentro del género sci-fi y de lo fantástico (como, más o menos, lo es Lost), desarrollándose los hechos en el hoy, más concretamente en el estado de Massachusetts, a caballo de su capital Boston y la Universidad de Harvard.

Así a grandes rasgos, y esperando no desvelar nada para el que aún no la ha podido ver y tenga la intención de hacerlo, Fringe trata sobre unos fenómenos extraños e inexplicables que suceden a lo largo y ancho del mundo, donde ciertos avances científicos están al borde de cruzar la línea que delimita las certezas empíricas y las hipótesis teóricas aún por constatar, y que están provocando muertes y asesinatos sin una explicación lógica, creándose para ello una división especial dentro del FBI que investiga estas anomalías (las denominadas “el Patrón”) bajo la supervisión del agente especial Phillip Broyles, y al mando de los agentes federales Olivia Dunham y Charlie Francis, y aconsejados en el apartado científico por el científico Walter Bishop y su hijo Peter Bishop, ayudados a su vez por la agente federal Astrid Farnsworth… y, teóricamente, en el lado contrario se encuentra la empresa de carácter internacional Massive Dynamic (que incluso tiene página web en la ficción que podéis consultar), cuyo empresario jefe es el misterioso magnate científico-finaciero William Bell y bajo el mando de su brazo derecho Nina Sharp, empresa de alta tecnología y de investigación científica avanzada, que suministra material tecnológico de todo tipo al Departamento de Defensa de los EE.UU., pero que desprende un halo de misterio que la señala como una de las máximas sospechosas detrás de todos estos fenómenos inexplicables…

Como ya he comentado más arriba, desde un principio esta serie no acababa de engancharme, puede ser porque después de la maravilla que me resultó (y me resulta aún) Perdidos, esperaba muchísimo de la nueva creación de Abrams, y supongo que siempre consciente que el listón estaba muy alto, y más en un época de bonanza respecto a las diferentes series que podemos ver en la parrilla, con un buen puñado de ellas que tratan temas arriesgados nunca vistos e impensables el siglo pasado (hace dos días como quien dice), con unas productoras como HBO o Showtime haciendo verdaderas obras de arte, con una nueva generación de nuevos directores y guionistas que están dando una nueva vuelta de tuerca con respecto a las series clásicas de toda la vida para la televisión, como son todas las dedicadas a las temáticas típicas de médicos, abogados y policías (por no decir los antaño culebrones estadounidenses)… pero, no sé, esperaba un punto más (la verdad no sé muy bien por dónde) en una serie como Fringe cuyo argumento, la verdad, me resultaba tremendamente atractivo y sobre un género que es uno de mis preferidos de siempre, el de la ciencia ficción y el misterio más allá de lo real y de lo inimaginable.

Ciencia ficción, y nunca mejor dicho, con una serie de novedosas propuestas (aunque ya las hemos visto en multitud de ocasiones tanto en la literatura, el cine, el cómic e incluso la televisión) siempre dentro del campo de lo fantástico y de lo desconocido, donde una serie de sucesos inexplicables, con un alto contenido científico-fantástico, son narrados en cada uno de los capítulos de esta primera temporada, a cual más increíble e inexplicable, todos ellos unidos, como ya hemos dicho, por lo que se denomina el “Patrón”, que irá desentrañándose a medida que avanza la serie, sin prisas pero sin pausas, aumentando en tensión y en intriga a medida que se acerca el final de la misma.

Pero, lo dicho, este concepto de intentar contarnos la historia, de intentar hilvanarlo todo capítulo por capítulo, a través de una serie de misterios a resolver que, a simple vista, no tienen nunca nada de ver los unos con los otros, aunque nos quieran hacer creer desde un principio que todo tiene un fondo de unión y que todo tendrá su lógica coherente y, por tanto, encajarán todas las piezas del puzzle al final de la trama, a mí no me resultaba para nada atractivo y adictivo, y todo parecía reducirse a la típica serie de "polis" con los típicos casos individuales a resolver episodio tras episodio, y todo a pesar de los “intuiblescliffhangers del final de cada capítulo que te dejaban con cara de ¿y ahora qué? (y si a eso añadimos una serie de iconos misteriosos que pululan por toda la serie, tanto al principio como al final, y en los intermedios de los capítulos, que está por delucidarse que son y por qué aparecen, y que dan más aún si cabe ese toque de interés y misterio aún por dilucidar), el arranque de la serie era suficiente “enredado” para que no hiciera que pudiera creer que todo cuanto acontecía tenía una lógica aplastante que al final de la serie descubriríamos como piezas dispersas formando parte de un enorme plan secreto de carácter mundial, misterioso y peligroso… ¿peligroso para quién?

Los personajes en sí no me acababan de encajar en lo que la serie nos quería ofrecer. La protagonista digamos principal, Olivia Dunham (Anna Torv), agente especial del FBI, una de las agencias por antonomasia de toda serie o película sobre agentes estadounidenses que se dedican a combatir el mal, me parecía desde un principio metida con calzador como agente principal para resolver toda esta serie de sucesos extraños (a pesar del misterioso asesinato, relacionado parece ser con todo lo que se iba a avecinar, de su compañero y amante del FBI John Scott (Mark Valley), que aún está por delucidarse cuál es su verdadero papel en esta serie y cómo encaja en ella), la típica cara bonita que parece que tiene que ser fundamental en toda serie, digamos, de “acción” que se precie y "gancho" irresistible para el espectador, careciendo a simple vista de la característica garra y dotes de mando que se espera en un papel de estas características. En cuanto a su complemento y, en teoría, el que debe de darle la réplica, el personaje masculino de la serie, Peter Bishop (curioso el apellido que me recordó enseguida al famoso androide que aparecía en la película Aliens), papel que interpreta Joshua Jackson, me recordaba demasiado otra vez, aparte de su juventud que parecía no encajar desde un primer momento en el papel que tenía que interpretar, unos de los protagonistas de Dawson crece, por lo que no lo acaba de ver como uno de los protagonistas principales de Fringe como hijo de turbio pasado del científico de la serie. Y lo mismo me pasaba con su padre en la ficción, el Dr. Walter Bishop (recordemos su papel del Senescal Regente de Gondor en la última película de la trilogía de El señor de los anillos, El retorno del Rey), protagonizado por John Noble, que hace aquí el papel de científico loco recién sacado del psiquiátrico para formar parte de esta unidad especial del FBI como consejero experto en esta serie de temas, con un oscuro pasado que se va descubriendo a medida que avanza la serie, pero que el primer efecto que me produjo es el de un papel sobreactuado al tener que interpretar ese típico papel de científico sabelotodo, con arrebatos de ira, loco de atar y, naturalmente, más despistado que un ocho. Como tampoco se sabía cual era el papel verdadero en la serie de la ayudante del Dr. Bishop, Astrid (Jasika Nicole). El que sí que hace un papel a la altura es Lance Reddick como el director de la división Fringe y jefe de la agente Dunham, serio, recto e inflexible, no por tanto ya lo vimos en un papel similar en otra de las grandes series a destacar, The Wire, así como el agente compañero de la agente Dunham, Charlie Francis (Kirk Acevedo), que hace el perfecto papel del agente que no acaba de creerse lo que sucede pero que tiene fe de su compañera a medida que los fenómenos extraños e inexplicables van sucediéndose. Como también es un papel bastante conseguido el de Nina Sharp (Blair Brown), la cabeza visible de Massive Dynamic, con un halo de misterio perfectamente logrado para dar su peso consistente en la serie pero que no acaba nunca de esclarecerse capítulo tras capítulo de a favor de quién está. Y para misterioso El observador (Michael Cerveris), que aparece y desaparece como arte de magia en cada uno de los episodios, pero que se intuye que tendrá un papel y peso fundamental a lo largo de la serie, al igual que lo tendrá finalmente William Bell, sobre todo a partir de la segunda temporada.

En cambio, y no sé exactamente en qué capítulo/s, pero ya pasado el ecuador de la serie, estos personajes ganaron peso de alguna manera, y no sólo porque la trama de la misma provoca que los hechos acaecidos se vayan sucediendo dirigiéndose hacía un desenlace más evidente, viéndose por tanto la luz ya al final del túnel y puede que vayan, por tanto, encajando mejor sus papeles preestablecidos y tengan ya un sentido más lógico de por qué están ahí y con qué objetivo, sino porque parece que los guionistas decidieron insuflarles más vida e interés a sus papeles, empezándose a descubrirse cosas de su pasado hasta ahora desconocidas pero que consiguieron que para mí ganaran peso y razón de ser dentro de la trama en cuestión (claramente se ve en los papeles de Walter Bishop (con un papel más protagonista al ser parte principal de la trama a medida que la serie va avanzando) y de Peter Bishop, y sobre todo en este último, que va ganando más protagonismo a medida que su oscuro pasado paraece que vaya surgiendo a la luz)… ¿algo ya pensado previamente por los guionista o ideado en mitad de la serie para que ésta no perdiera interés entre el público?

Dicho todo esto, ya habréis deducido que la serie de Fringe se ha convertido por méritos propios, y por el interés que suscitan este tipo de temáticas, una de mis series preferidas del momento, de la que ya estoy esperando con ganas ver su continuación con la segunda temporada (que visto el éxito parece que ya se tiene prevista la emisión de una tercera), donde continuaremos con el intríngulis de esta trama de ciencia ficción y donde podemos leer por la red (o más bien ver al final del último capítulo de la serie) que un nombre de relumbrón y de campanillas, muy relacionado por los fans con toda la sci-fi que se precie, interpretará uno de los personajes principales de la serie… ¿adivináis quién puede ser?

No hace falta que os diga que os recomiendo encarecidamente esta serie. A medida que avance la misma, os aseguro que no os defraudará. Y por no decir lo que se adivina y se avecina en la segunda temporada, donde un plus de más interés se intuye, aunque sin saber por dónde exactamente irán los derroteros de la misma...

Podéis encontrar abundante información sobre Fringe en los siguientes enlaces:

Un saludo cordial.

4 comentarios:

Josep dijo...

En Todoseries acabo de leer un artículo muy interesenta donde se explica el significado de esos iconos misteriosos y demás curiosidades.
Lo podeis leer aquí:

http://todoseries.com/series/expedientes-fringe-glyphs-y-mensajes-ocultos-81383

EduXavi dijo...

Muchas gracias por el enlace Josep. Lo de los glyphs estaba claro que tenía algún significado oculto, aparte de otras cosas que veías con carácter repetitivo que iban apareciendo por los diferentes episodios, y este enlace la verdad es que te saca de dudas de golpe y porrazo de algunos de estos hechos. Es darle un toque más de misterio a la serie para forzar la agudeza visual y mental del espectador.

Anónimo dijo...

Hola, estoy muy de acuerdo con los que has puesto en el post. Aunque yo he tardado mucho más en engancharme a la serie. Relamente me ha enganchado hacia la mitad de la segunda temporada, santa paciencia que tengo, le dí incluso dos oportunidades, ya que el tema de la ciencia ficción y el misterio son dos de mis temas preferidos.
Ahora voy por la mitad de la tercera y estoy totalmente enganchada, aunque a la serie le sigo viendo algunos defectos... Que no voy a contar porque serían spoilers.
De todas formas animo a la gente a que vea la serie y que le dé un poco de cuerda ya que merece la pena.
Gracias por el post.

EduXavi dijo...

Esperemos que con la tercera se vaya profundizando finalmente en el meollo de la cuestión y vaya subiendo en interés la serie para así consolidar el nucleo fiel de teleadictos y se añadan nuevos seguidores de la serie... porque ya han habido avisos de cacelación que de momento se han quedado solo en eso, y habrá seguro una cuarta temporada.