lunes, junio 06, 2011

CRÍTICA: X-MEN, PRIMERA GENERACIÓN de Matthew Vaughn


El pasado viernes 3 de Junio se estrenaba en los cines de nuestro país una nueva película con el sello Marvel, X-men, Primera Generación (X-men:First Class). Esta precuela mutante nos llega de la mano de 20th Century Fox, con Matthew Vaughn como director y James McAvoy y Michael Fassbender encabezando el reparto, en los fundamentales papeles de Charles Xavier (alias Profesor X) y Erik Lensherr (más conocido como Magneto).

La trama tiene lugar en los cruciales e icónicos años sesenta. Esto permite al espectador conocer el origen de la Patrulla X, la inicial amistad entre Xavier y Magneto, así como descubrir los matices de su posterior distanciamiento, y las primeras reacciones ante la aparición de la raza mutante por parte de una humanidad sumida en uno de los momentos más calientes de la Guerra Fría.

Erik, Charles, y sus pupilos
Este salto hacia atrás en el tiempo con respecto al resto de películas sobre los X-men aporta un refrescante cambio de tono. Los guionistas han sabido dotar a la historia de cierto aire jamesbondiano, con unas buenas dosis de espionaje, crisis internacionales a resolver de manera encubierta, sofisticado vestuario y espectaculares localizaciones. La dirección artística resulta todo un acierto, y la gran mayoría de personajes lucen espléndidos en sus versiones, tan retro pero tan de moda al mismo tiempo. No en vano en el reparto podemos encontrar a January Jones, belleza rubia procedente de la serie Mad Men, prestigiosa y recomendable serie que recupera un buen número de estilismos propios de los últimos cincuenta y primeros sesenta y los trae de vuelta a pasarelas, catálogos, anuncios, etc.

La otra gran virtud del libreto de la cinta reside sin duda en su trabajado acercamiento a los personajes, a sus motivaciones, su pasado y sus diferentes puntos de vista ante la explosiva situación que nace ante ellos. Es divertido conocer al Charles Xavier anterior a la silla de ruedas, su carácter juvenil e impetuoso que contrasta con el reflexivo y prudente profesor del futuro, pero que a la vez respeta su esencia y explica en cierta medida su posterior evolución.

Fassbender en plena demostración de poderes
Evolución, sin duda, una de las palabras clave en las películas de la saga. Concepto que puede aplicarse al desarrollo del resto de protagonistas: el debate interior de Mística para aceptarse a sí misma (bordada por una Jennifer Lawrence que la dota de profundidad y carácter); el aprendizaje de los primeros hombres X para controlar sus poderes; y por supuesto, el abrazo lento pero acompasado de Erik Lensherr a su lado más oscuro o, lo que es lo mismo, su identidad de Magneto. Gracias a la magnífica presencia e interpretación de Michael Fassbender, y a las potentes líneas de diálogo que le sirve en bandeja el guión, el personaje se convierte en el principal imán de la película, y hace que ésta gane enteros cada vez que el amo del magnetismo aparece en pantalla.

Entretenida, vibrante y visualmente impresionante, X-men Primera Clase rinde también homenaje a los fans, y el metraje está trufado de guiños, como cierto cameo secreto que hará las delicias del público. Esta vez Stan Lee no asoma su bigote, pero el producto Brian Singer homenajea por todo lo alto a la audiencia de su primer X-Men (2000) con este invitado especial.

Kevin Bacon y January Jones, estilosos villanos
Y si una pega hubiera que ponerle a la cinta, esa sería el cierto desaprovechamiento de los villanos a los que Xavier y compañía deben plantar cara. Los esfuerzos de Kevin Bacon por hacer de su Sebastian Shaw un ser temible y despreciable son loables, pero de alguna manera la historia se resuelve con la sensación de que el espectador no llega a apreciar todo su potencial. Por no hablar de la citada January Jones, una Emma Frost interpretada por una talentosa actriz que aquí simplemente demuestra lo bien que la sienta el blanco; o un Alex González que apenas llega a emitir un sólo vocablo, limitándose a gesticular repetidamente para invocar su poder del viento.

Cartel para la promoción en España
Más allá de estos detalles, el director acierta adaptando del cómic el fondo más allá de la forma, impregnando a las aventuras sesenteras de la Patrulla X todo el drama que las caracterizó en la época en la que Chris Claremont las escribía con atino.

Vaughn destaca también realizando un magnífico trabajo de dirección del reparto y nos ofrece en resumen, una de las más satisfactorias entregas de la saga, que consigue diluir sus pequeños desaciertos a base de un estupendo desarrollo del metraje, tras el cuál el espectador no podrá evitar salir del cine con una sonrisa en el rostro, gracias a tan completo divertimento, cinéfilo y comiquero a partes iguales.

1 comentario:

EduXavi dijo...

A mí me ha resultado una película sumamente entretenida, con un buen ritmo narrativo que te permitía entender todo lo que pasaba a pesar de estar un poco desorientado en un principio por la aparición de personajes desubicados temporalmente respecto a los comic-books originales.
Hay que tener presente que es un reboot en toda regla... seguro que algunos fans puristas pondrán el grito en el cielo en algunos aspectos de la cinta, pero si tenemos en cuenta que es un film que ha buscado un mezcla curiosa de personajes (incluso desubicados de bando como todos conocemos de siempre) sin buscar lo fidedigno ni el remake exacto en una precuela en parte creada ex profeso e inédita, los aficionados podrán salir del cine contentos con un film de puro entretenimiento con unos buenos efectos especiales.
Los dos actores que realizan el papel de los personajes protagonistas lo hacen muy bien, sobretodo Fassbender que, a mi parecer, es un gran Magneto, un papel que borda y que le viene como anillo al dedo.
Y genial el inicio del film, el mismo que el de la primera peli de los X-Men allá por el 2000.